lunes, 15 de julio de 2013

Las estrellas tejiendo caminos en silencio,
figuras esperando  ser vistas por alguna persona
que con paciencia,
a pesar de un mundo que no acepta pausas,

se detenga a observar.



viernes, 12 de julio de 2013

Atardecer y telarañas.

Para él es difícil cambiar cuando nada su alrededor cambia, no es fácil decidir ser mejor cuando todos deciden volverse peores. Está descalzo en la terraza, mirando el atardecer coloreando el cielo  rosa, el cielo tan rosado y el tan negro, tan idiota y noble.  ¿Por qué no es peormente ignorante? Todo parece mejor así, cuando uno no entiende nada. Se suena con fuerza para terminar de llorar, viene de nuevo la pregunta de que si el mundo tiene sentido, de que para que estamos vivos, me voy o me quedo, empaco y vuelvo a desempacar, continuar o descontinuarse, soñar o actuar, actuar y soñar, no, nada, nada, mejor nada.

A la gente le parece un hombre tan acompañado que ya nadie lo acompaña, a todos les importa lo que parece, no lo que es,   nadie sabe que hay un que es porque nadie sabe quién es, porque a todos se les olvidó quienes son porque ahora son sólo parecer y no ser.

El cafecito está muy lejos, está en el cuarto al lado de la ventana abierta, enfriándose, siendo olvidado, perdiendo su calor, con todo su azúcar cayendo y cayendo en el fondo de la taza, ahora es frío, sin dulce, sin frescura, parecido a él después de discutir sin éxito, desperdiciando palabras que deberían ser utilizadas con objetivos más parecidos al amor, pero ya todos piensan que todo es tan horrible que empiezan a creer que el amor no existe y que somos parecidos a los robots y no necesitamos nada de eso, ni de calor, ni de besos, entonces nos gritamos y nos odiamos y luego vamos a tener sexo pero ya no hacemos el amor, eso a la gente se le va olvidando.

El sol que se oculta tras las montañas alcanza a tocar su rostro antes de irse, como una caricia de despedida que dice hasta mañana, que tal vez cuando despiertes todo será mejor, o tal vez no sea mejor pero ojalá que mañana cuando despiertes, encuentres paz en ti, porque todo afuera siempre será una telaraña deforme parecida a algo feliz que luego se vuelve triste y se enreda, se enreda, se enreda, se enreda en tus pies, en tu cabeza, en tu boca, en tus ojos, en tu alma y luego los tres elefantes se columpian sobre la tela de una araña en la que tú te enredaste, y será siempre así, hasta que mueras, pero si logras siempre buscar ese lugar tranquilo, ese amigo en el que descargar tus palabras, ese abrazo de tu hermano, esa canción favorita, el croissant de queso que venden en la panadería de la esquina y escuchar Creep de Radiohead y darte cuenta que no eres el único que se enreda mientras los elefantes se columpian, si lo logras, puedes aguantar otro día y regalar una sonrisa a la mesera amargada que te sirvió el helado de Crepes casi que tirándote la copa.