miércoles, 10 de diciembre de 2014

Despersonalizado.


Él se ríe para afuera, casi nunca para adentro. Las flores se marchitan allí, pero la cáscara está intacta, lo suficiente para no espantar la luz que  le da calor al frío de sus manos congeladas por diciembre. Un peinado cansado después de dos horas de lluvia, el frío canta,  se siente como en un barco en medio del mar que ruje y empuja con las olas su rumbo. ¿A dónde se fue? La gente le pregunta por el timón pero él no ha podido alcanzarlo porque el barco parece estar naufragando en un charco lleno de colillas de cigarrillo.

Esa canción le da escalofríos, le hace erizar la piel,  las escaleras parecen seguir hasta el infinito cielo imaginario de su inconsciencia inyectada con calidez que parecían nubes y compañía. Y te escogí en medio de todo, te escogí pero soy malo escogiendo, soy como dedos índices desgastados apuntando a deseos al azar, a lo que de vez en cuando le da luz a mi alma. Hablo en primera persona y luego en tercera porque voy y vengo afuera y adentro de mí, me visito y me desvisito porque a veces mi cuerpo es un sitio tenebroso para habitar.

Y la RAE le dice que:

La palabra desvisito no está registrada en el Diccionario. La que se muestra a continuación tiene formas con una escritura cercana:

    Desvestir.

No me parece tan cercana,  pero tal vez se le ha vuelto una costumbre desvestirse de si mimo.



Busco la velocidad en esta noche barrida por las estrellas.

martes, 21 de octubre de 2014

Secretos.

Me acuerdo que no estás cuando voy a servirme aceitunas  y el frasco todavía está lleno. Lo sostengo en mi mano despidiéndome, me siento flotando en una nube gris mientras la aceituna ácida, salada y blanda se rompe entre mis dientes.  Éramos los únicos que comíamos aceitunas en casa, ahora las como yo sola,  el frasco dura más y mi risa  un poco menos.

Lu estaba aburrida y al mismo tiempo asombrada, podía tener varias emociones, todas lo suficientemente fuertes como para tener la capacidad de florecer en ella a la vez, con la misma intensidad, mezclándose como un dibujo hecho de tizas de colores cuando se derrite con el agua de la lluvia. Salpican esas sensaciones mientras Lu se queda estática en su asiento, viendo por la ventana las luces que duermen sobre las montañas negras, sintiendo la velocidad de la carretera debajo de su cuerpo.

Mira a su hermano sentado al lado de ella,  contemplando la oscuridad por la otra ventana, a su mamá intentando pintarse los labios en el espejo, a su papá concentrado en el acelerador y el volante. Todos están muy cerca pero sus pensamientos lejos. Esos pensamientos no pueden cruzarse porque no son humo que se evapora y vuela por el cielo; son objetos,  lugares, rostros, personas que se quedan atrapados en las paredes del cráneo.  Sí, se quedan ahí, sin salir, por eso es tan difícil entenderse, levantarse por la mañana y tratar de adivinar qué es lo que quieren todas esas personas de ti, o para que te quieren allí. ¿Es una simple obligación o un instinto natural? El amor, difícil hablar de eso porque  al hablar de eso Lu podría estar refiriéndome a lo mismo que un instinto natural.  Dicen que tu corazón está en el hogar, pero ella dice que el corazón de todos allí late diferente, todos en un boom a destiempo que crea un ruido insoportable.

Al final todo eso no importa, lo único que tienen que hacer es seguir sonriendo en las fotos y ponerlas en portaretratos para que las personas las vean cuando vengan de visita.  Luego, cuando tú vayas de visita a otra casa, verás una foto similar sobre la chimenea y mirarás con curiosidad todos esos rostros sonrientes, llenos de secretos.


miércoles, 3 de septiembre de 2014

El esposo cansado.


La encontré sentada en el suelo, mirando al vacío, como flotando, volando, floreciendo o marchitando. Difícil indagar lo que hacían sus ojos ausentes que se soplan en el panorama de la monotonía ciudadana, hormigas corriendo, empujando, metiéndose en espacios reducidos para llegar a otros lugares más reducidos. Escriba esto en su libreta jefe, escriba que la vida no es para estar aquí;  anote el tiempo que perdí, el tiempo que le debo, el tiempo, tiempo, tiempo, tiempo.

La tierra se mueve debajo de tí, tiembla de tantos pies que la golpean saltando al ritmo vacío del bajo que suena como el diástole de un corazón palpitando y un  vibrato sostenido en los sentidos de los oyentes. Y se les escapa la noche entre los dedos, intentas sostener el sentimiento inicial con las uñas pero no puedes, es difícil mantener una sensación placentera y sostenida con alguien como tú, que iluminas sonriendo pero destruyes cuando frunces el ceño y se te brota la vena  de la sien. Pero trabajas y a veces viajas, trabajas y a veces vives, trabajas y a veces comes, trabajas y conciertos, trabajas y amigos, trabajas y  trabajas. Entonces, dice la gente que hay que trabajar en algo que guste, porque si se gasta el tiempo haciendo algo en lo que se siente fuera de lugar, se envejece con patas de gallina. Algunos están dispuestos a conformarse, algunas personas confunden la felicidad con el asqueroso conformismo.  

Será que yo me he acostumbrado a ti Dalia, me he acostumbrado a llegar tarde y encontrarte ya dormida, con la boca abierta, a veces me parece que estás como vacía y ya no siento la sensación de trabajo y Dalia, tal vez ahora sólo trabajar y viajar, trabajar y conciertos, trabajar y amigos pero ya no más trabajar y Dalia.


lunes, 23 de junio de 2014

La única mirada.

Hay un portal en el espacio-tiempo,
allí la vida que queremos se esconde,
el tiempo que esperamos espera,
nos muestra y responde.

Hey, amigo
 Nunca había visto una sonrisa más hermosa;
tengo miedo porque es prohibida,
pero todos los caminos te cruzan en mi vida.

Pero ahora pienso
en lo que la abuela me dijo:
nadie es de nadie,
nada es de nadie,
sólo somos fichas en el universo.

Todavía siento revolotear el beso,
que me diste en el pómulo derecho.
Algo estúpido y simple,
para mí un gran suceso,
un rose,
un regreso a la vida.


Si me miras otra vez, estoy perdida. 

lunes, 28 de abril de 2014

Fuego.


Vino una estrella a preguntarme sobre la luna, me dijo que ella se veía muy brillante, dijo que yo tenía más agallas de hablarle. Lo que esa estrella no sabe es que ella es más grande que la luna, más grande que el sol, no lo sabe porque nosotros la vemos más pequeña, pero no estrella, no eres pequeña, esa no es la verdad y la luna también lo sabe, no seas tonta estrellita. Pero ¿Y entonces? dormimos y no viene nadie, jamás vendrá nadie a rescatarnos porque nadie puede rescatar a nadie, no se puede, es que no, tú sabes porqué, tu sabes que no puedo hacer eso. Alguien me dió su mano por un instante, pero estoy en el mar otra vez, porque la vida esta llena de eso, de manos que te salvan por instantes. El punto no es encontrar una mano que te salve, el punto es salir del mar, encontrar la orilla del perdón y no esperar más manos, esperar tal vez compañía, o nadie, o nada, sólo tú con tu sonrisa y el viento tratando de hablar con recuerdos.

Escucha los lugares frágiles y pesados en la balanza de la importancia, un bolso sin fondo, un secreto mal guardado, condenados inocentes y el fuego siempre tan cerca, quemándonos la piel todos los días, el fuego siempre está ahí, lo que pasa es que pocos saben combatirlo, o muchos no se dan cuenta que está ahí y por eso son tan felices esos ignorantes hijos de puta. Ay fueguito, el agua no te apaga y mi sonrisa  tampoco ¿Qué más quieres de mi? ¿Que más querrá el fuego de nosotros? Fuego de los días, lluvia invocada por la ocarina del tiempo y mis dedos destruidos de tanto jugar, mis ojos cansados de tanto mirarte,  mis labios cansados de besar en vano, de hablar verdad para ser golpeados con mentira, cansados sí, pero nunca rendidos, o tal vez un poco, tal vez a veces si quieran rendirse un poco.






domingo, 16 de marzo de 2014

Eyes.

Alguien tocó la puerta y pensé que eras tú, pero no, la puerta no sonaba y seguía yo, delirando sobre mi cama, retazos de recuerdos inútiles llenando de basura la existencia. Había un  lijero olor a canela, las tostadas estaban listas y la mantequilla se derretía sobre ellas, tan suaves, dependientes del calor, todo se desvanece en mi boca y desaparece para satisfacer una necesidad, no vuelve nunca más, se convierte en un ciclo  que no puedo presenciar porque todo es parte de un filtro donde se queda “lo importante”. Pero esta vez no, porque nuestra especie es tan anti-natural que guardamos lo que no necesitamos, lo sabemos, sabemos que aquello no es necesario pero lo tenemos ahí porque de alguna forma nos da un sentimiento pegajoso de compañía, invisible, tan ahí, tan déjenme solo.

La gente va a seguir pasando y uno que otro se volverá a mirarte de nuevo, no sabes porqué pero a veces lo hacen y lees los ojos, la risa, la cara de los transeúntes que acaban de levantarse con resaca, unos con sueños, otros sin sueños, con traje, sin traje, con tatuajes, sin tatuajes, pelo largo, pelo corto, ojos verdes, ojos miel, ojos cafés, tus ojos y los míos mirándose desde el otro lado, siempre tan cerca nuestras miradas pero tan lejos nuestros cuerpos. 




jueves, 6 de marzo de 2014

Tobillos.

Tarde en la noche cuando la calle toma ese tono purpúreo y grisáceo, amarillento y sucio, donde las sombras son producto de la luz artificial y la iluminación de los locales que aun yacen abiertos, median la ciudad fantasma. Semáforos cambiando  sin objetivo alguno, sólo yo soy testigo de su inutilidad en la madrugada, de mi inutilidad contemplativa, de mi necedad de permanecer despierta esperando algo que tal vez nunca saldrá.

 Busqué una palabra en el norte, en el sur, busqué lo mejor para decirte pero lo único que pude decirte fue una sonrisa, cuando te vi venir, sonrisa de vuelta, real o no, no importa, sonreímos de todas formas y aunque al final no signifique nada, pasará y seguirá pasando, porque qué derecho tenemos nosotros a decir que esto o aquello tuvo algún significado, o lo tendrá; las cosas sólo son, nosotros somos los que nos complicamos con analogías humanas de esto debe ser y no debe ser, divisiones imaginarias de países imaginarios, nosotros en guerra por algo que no existe, por vínculos que no existen, por engaños que pueden ser bien justificados con la idea de que las cosas son sólo hechos y que en realidad no tienen ninguna interpretación válida. Pero están ahí, todo está ahí en las palabras y no se puede escapar porque todos sabemos lo que son, todos sabemos que lo que hacemos simboliza algo y lo haremos con una intención y esa causa llevará a un efecto, no se puede escapar, la gramática nos persigue, la hermenéutica nos muerde los tobillos.


¿Pero hay de verdad palabras para lo que los humanos sentimos?